Directora de escena, promotora cultural y fundadora de Casa Cultural La Besana

65 años

Mabel creció en una casa de jardines amplios en San Buenaventura, donde se tocaba el piano y se leía. Su madre le inculcó a sus hijos el hábito de la lectura y procuró alejarlos de dogmas religiosos. Fue en este ambiente donde adquirió el espíritu libre y humanista que la llevó a estudiar filosofía y letras. Posteriormente se abocó al teatro como discípula de la gran Nancy Cárdenas.

No ha tenido el camino fácil. En México las políticas culturales no son prioritarias para el Estado. Esta condición resulta exponencial en Saltillo, donde algunos administradores públicos son poco ilustrados y buena parte de su sociedad se resiste a dejar atrás las convenciones anodinas. A pesar de este escenario, el trabajo de Mabel ha marcado pautas que le han valido respeto y admiración.

Inspira a otras para que se desprendan de culpas creadas y rompan moldes. Está convencida de que lo único que nos salva es la cultura y la luz de los libros.

POR SERGIO CASTILLO LARA, AMIGO